La Congregación Salesiana es la titular de nuestro colegio y los salesianos son los responsables de que el carisma de su fundador se haga realidad en el día a día del colegio. Al fundador de los salesianos, lo llamamos popularmente Don Bosco.
Nace en I Bechi, un caserío de Piamonte, cerca de Turín, de una familia de pobres campesinos. Queda huérfano de padre a los dos años. Su madre Margarita lo saca adelante con suavidad y entrega. Un misterioso sueño marca su vida a los nueve años. Madre e hijo ven en él una ruta a seguir. Juan será sacerdote.
En 1814 S. José Cafasso le da un consejo: «Camina y observa a tu alrededor». Don Bosco explora la miseria humana de las barriadas de Turín, hervideros de jóvenes desempleados. Ve las cárceles repletas de jóvenes y formula su decisión:»Debo hacer lo imposible para evitar que encierren en ellas a tantos muchachos.».
El 8 de Diciembre de 1841 acoge al primer chico de la calle. A los tres días tiene consigo a nueve. Al año siguiente son más de ochenta. Así nace el oratorio festivo. Su madre se encarga de la ropa y de la cocina de los muchachos. Más de uno de aquellos chavales quiere llegar a ser como él y nace la «Sociedad de San Francisco de Sales» (Congregación Salesiana). En otoño de 1853 funcionan los primeros talleres. Don Bosco mismo es el primer maestro.
Tal vez la obra más bella que Don Bosco deja a la sociedad es su sistema de educación de la juventud, llamado Sistema Preventivo, que consiste en convivir con los jóvenes.
Su programa es sintetizado en tres palabras: razón, religión y amor. Él les solía decir con frecuencia: «Yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto a dar mi vida». «Me basta que seáis jóvenes para que os quiera». «Es necesario que los jóvenes no sólo sean amados. También se requiere que ellos se den cuenta de que son queridos.» «No tengo más preocupación que procurar vuestro aprovechamiento moral, intelectual y físico».
Don Bosco muere el 31 de Enero de 1888, y es canonizado en 1934.