El pasado día 30 de octubre tuvimos la celebración-conmemoración anual, recordando a los chicos, profesores y salesianos de Salesianos Deusto que fueron a la Casa del Padre.
En esta fechas, a todas nuestras familias, nos viene el recuerdo de aquellos seres queridos que ya no están con nosotros.
En nuestra familia de Salesianos Deusto, tenemos muy presente la muerte de los numerosos alumnos, profesores, bienhechores y salesianos, que desde su fundación, han pasado por nuestras aulas, talleres y patios, la iglesia, el Centro Juvenil y el teatro de nuestro Colegio.
En la celebración recordamos a todos ellos y pedimos por su eterno descanso y tuvimos presentes a sus familias, para que en nuestra cercanía y la ayuda de Dios encuentren un apoyo para seguir caminando en la vida.
La muerte de un ser querido resulta siempre dolorosa, aun cuando los creyentes entendamos que esa muerte que por supuesto nos llegará a todos, nos llevará a la presencia del Señor, según nos relata Juan (14.16) y que morir es empezar a vivir, recordando las palabras del mismo Jesús de Nazaret. “Yo soy la resurrección y la vida. Por ello el que cree en mí, no morirá para siempre”.
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