



El campamento está centrado en los momentos formativos que, con creatividad, aportan la posibilidad de reflexionar y dialogar en los grupos que se forman para estos días. Además, las celebraciones y los momentos de servicio y limpieza hacen que el grupo viva de una manera sencilla y comprometida, como si de una gran familia se tratase. Además, veladas llenas de humor, tiempos de piscina, discotecas, juegos, tiempo libre para conocer gente nueva, torneos… y muchas más actividades, hacen de estos días una experiencia educativa profunda y salesiana que deja una gran huella en todos los que la vivimos cada año.
La dedicación voluntaria de los animadores, los cocineros y miembros del equipo de organización, completan estos campamentos con un testimonio de entrega y compromiso. Un testimonio de corazón salesiano con vocación educativa sin pedir nada a cambio.
Desde Somalo nos despedimos, esperando compartir lo que estamos viviendo en cuanto regresemos.
Un abrazo enorme. Abel
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