Desde la esbelta Torre Barroca de la Iglesia de Santa María, se ve llegar un autobús con amplios espacios interiores, que trasporta desde la mañana temprano a un grupo de Amatxus ávidas de conocimientos de este peculiar pueblo; es Medina de Rio Seco, que con sus centenarios soportales, asemeja cómo hacer un viaje al pasado imaginando la grandeza de las ferias en el siglo XVI.
Nos llama la atención un gran cocodrilo que debió salir del río ¿no se sabe lo que puede pasar cuando hay aguas turbias?.
Vimos la Capilla Sixtina de Castilla y seguimos buscando al cardenal dentro del Gótico, Barroco, mezclado todo con mucha elegancia y armonía.
¿Dónde está el cardenal? Pasamos por el embarcadero del Canal de Castilla, que un ilustrado soñador quiso crear abriendo una vía desde el interior a los puertos del Norte; hoy estas exclusas hacen las delicias de los visitantes.
¡Por fin apareció el cardenal! Meditando en el jardín del convento de Santa Clara, comentar que despertó del letargo cuando vio la alegría de las” Amatxus Salesianas”; se agacho de su altura y se reía con ellas.
Llegada a Valladolid: nos recibe con su gran avenida de Zorrilla cuna de escritores, descubridores, Reyes y Reinas y nobles que embellecieron, la que por algún tiempo, fue Capital de España; (no pudo ser) pero nos dejó su grandeza.
Las amatxus….. abrumadas por tanta maravilla que posee esta ciudad, amplia, limpia, elegante y llena de Historia; fachadas de catedral incompleta por fuera y llena de historia por dentro, portadas maravillosas de San Pablo, conventos, escudos nobiliarios, colegios, palacetes, retablos cuyas imágenes se salen del cuadro, Nuestra Señora de las Angustias (que nos miraba con su cara de madre Dolorosa) Cristo Crucificado, santos, santas, el río Esgueva (chicharillos y mano negra en las cortes como en estos tiempos).
Juan de Juni trabajó para dejarnos esta maravilla que es Valladolid como regalo en nuestros días.
Ciudad Universitaria como pocas; en ella aprendimos: Derecho y orden en la facultad, «tú te pones detrás que no se me ve, yo delante que soy bajita» (y salió la foto).
Escritores y pensadores pasearon y escribieron novelas, ensayos, etc.
Las amatxus compramos chocolate (que dicen que es muy bueno para el cerebro).
La catedral austera recuerda la desamortización de Mendizábal y no se sabe si por el río han llegado los bogavantes que nos comimos pero nos chupamos los dedos; y no digamos el chuletón, el lechazo, y luego, para atemperar tanta bonanza culinaria…. manzanilla con anís.
De regreso no sé si por el chupito o qué, algunas estabamos con morriña y solo oíamos las risas contagiosas del resto.
¿Estarían preparando el próximo Viaje? Os esperamos a todas.
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