Cuando reces, retírate…
Retírate a tu habitación.
Sí, la oración supone que nos retiremos, que nos apartemos porque no somos nosotros quienes rezamos sino el Espíritu quien reza con nosotros.
Para rezar, no debemos llenarnos, hincharnos de palabras sino, por el contrario, vaciarnos, dejar hueco, desear y ser deseados para que venga el Señor y que sea nuestra alegría.
Señor, en esta Cuaresma, ayúdame a dejar sitio, a librarme de lo que me obstruye, a librarme de mis preocupaciones, de lo acumulado.
Dame la alegría del deseo, de la espera, de la esperanza. (Ediciones FNP)
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