El grupo de «Jóvenes 3 de los Grupos de fe» de Deusto ha comenzado su curso con un día de convivencia en Alzuza.
Casi veinticuatro horas, pero bien aprovechadas, hemos dedicado a compartir tareas, reflexiones y juego las nueve personas que viajamos hasta el “Hogar del misionero” en Alzuza.
La tranquilidad y la belleza de la casa y del entorno nos ayudaba a realizar el objetivo que nos habíamos propuesto: programar este nuevo curso como grupo.
Pero había algo más. Hemos tenido que aprender a organizar la vida de grupo: ir de compras y aprender lo que cuesta el pan, el arroz, la leche… haciendo un gasto razonable; distribuir tareas de cocina y limpieza; calentar la casa con el fuego del hogar, aportando cada uno lo que sabe hacer… Toda una experiencia de vida adulta y de pequeña comunidad.
El silencio y la calma han sido el contexto ideal para que cada uno hiciéramos nuestro Proyecto personal de vida durante la mañana y, por la tarde, el de formación para el grupo.
Con todo realizado, nos llevábamos en nuestras hojas y cuadernos la ruta para el nuevo curso. La vida cotidiana nos esperaba en Deusto mientras nosotros nos despedíamos a media tarde de este regalo llamado Alzuza.
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