El pasado viernes, coincidiendo con el final de la tercera evaluación, el alumnado de 2º de bachillerato celebró su despedida del colegio. Unos 80 alumnos y alumnas de los tres bachilleratos -tecnológico, ciencias de la salud y ciencias sociales- quisieron comenzar aquí, en casa, su fiesta de graduación.
Un poco más allá de las ocho de la tarde iniciamos una eucaristía multitudinaria de acción de gracias. La iglesia se quedó pequeña para el número de profesorado de las distintas etapas, familiares, compañeros y amigos que quisieron acompañarlos. Hubo bastante participación en varios momentos de la misa, pero el más emotivo fue después de la comunión, cuando dos alumnos y dos alumnas hablaron de su experiencia en las distintas etapas de su singladura en el colegio: infantil, primaria, secundaria y bachillerato. El relato, conducido con un recuerdo cariñoso y agradecido y por momentos con buen humor, terminó con una salva de aplausos por parte de los presentes.
Tras la eucaristía comenzó el momento de las fotos, dentro y fuera de la iglesia, que se alargó durante bastantes minutos. Había que inmortalizar el momento y el vestuario elegante con el que habían venido. Parecía como si todos quisieran prolongar este momento de diálogo con familiares y amigos durante tiempo indefinido.
El refrigerio tuvo que esperar hasta que poco a poco fuimos bajando al patio para disfrutar de un piscolabis con variedad de platos. Allí estuvimos charlando y comiendo durante una hora, más o menos. Se nos añadieron algunos compañeros y compañeras de cursos anteriores que andaban por ahí. Menos mal, porque si no habría sobrado bastante comida.
Y a continuación salieron hacia la ciudad a pasar una noche inolvidable. Pero de esto habrá que preguntarles a ellos y a ellas, si quieren contarlo.
FJA
























Deja una respuesta